¡Pero la mayoría lo supera! Cada mujer es diferente y reacciona a su manera, según su situación personal.
Pero con el tiempo se pueden manejar. Hay factores que ayudan a adaptarse, como conocer el tipo y estado del tumor, las opciones de tratamiento y tener un buen apoyo familiar y de amigos.
Pregunta a los médicos todo lo que necesites saber sobre tu enfermedad, tratamientos y coberturas de seguro. ¡No te quedes con dudas! También puedes buscar grupos de apoyo y testimonios de otras pacientes.
Una buena red de relaciones es clave. Familia, amigos, pareja... ¡déjate ayudar! Y recuerda que las relaciones también pueden verse afectadas, así que cuídalas.
Las rutinas cambian, así que no dudes en delegar responsabilidades en casa y en el trabajo. ¡No tienes que hacerlo todo sola!
Siempre que puedas, sigue haciendo lo que te gusta, pero sin llegar al agotamiento. ¡Mantente activa! El ejercicio moderado puede ayudar mucho.
Es importante dormir el tiempo que necesites y tomar siestas cortas. ¡Pero no te quedes todo el día en la cama!
Mateo 11:28-30 «Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera»
Tu familia y amigos también se ven afectados, así que hazles saber que valoras su ayuda y que te importan.